01 Abr El Tropicana de Las Vegas cierra sus puertas
Cierra el hotel casino Tropicana de Las Vegas. Inaugurado en 1957, se convirtió en el hotel de mayor prestigio. Se rodaron películas, el show del Folies Bergere (espectáculo de “show girls” muy atrevido, por aquellos tiempos), era conocido como el Tiffany de Las Vegas. Pero el tiempo no pasa en balde, y a pesar de las numerosas reformas, llevaba años de capa caída. El espectáculo emblemático del hotel, el show del Folies Bergere, ya cerró el 2009. Había cambiado de propietario en varias ocasiones. El turismo, y más el de Las Vegas, no tiene interés en romanticismos vintage, y los mitos que le rodeaban desaparecieron de la imaginación de los turistas. Si a esto añadís que en Las Vegas, se están construyendo nuevos hoteles y casinos constantemente, pues ya tenéis la tormenta perfecta que ha obligado a cerrar sus puertas.
Por otro lado, cabe destacar que el hotel será derruido, y que en su lugar, se construirá un estadio de béisbol, donde jugarán los Athletics, equipo que actualmente juega en Oakland, California. Esto nos da más pistas sobre el porqué del fin del Tropicana. En los años 50, cuando el Tropicana fue inaugurado, el juego únicamente estaba permitido en Nevada, y Las Vegas era su centro neurálgico. Actualmente, de una forma u otra, el juego está permitido en muchos estados del país. El visitante de la ciudad ya no acude solo para jugar. Los espectáculos, el deporte, los conciertos, los teatros y todas las formas de entretenimiento son parte de un todo que hace que Las Vegas destaque por encima de otros lugares de Estados Unidos. El Tropicana no solo se había hecho viejo. También había quedado fuera del nuevo juego, si se me permite el símil deportivo.
Las Vegas es una ciudad que se está renovando constantemente. Es un lugar único, que siempre recomiendo visitar. Gusta o repele, pero no te deja indiferente. Es como una feria de fiesta mayor, pero para adultos. Es un modelo que no se encuentra en ningún otro lugar, y que, de momento, parece que funciona, y que no tiene ninguna manía en cargarse su propio pasado y sus mitos, únicamente mira hacia el futuro. El Tropicana es su última víctima.