22 Ago Robotaxis en San Francisco

Una vez me dijeron que California era el lugar en el que se instalaron la gente más rara. La colonización Estados Unidos se realizó de este a oeste, y a California llegaron los que por el camino no encontraron ningún sitio lo suficientemente bueno para ellos. Todo ello para decirme que en California se encuentra la gente más siempre quiere ir más allá, con o sin razón.

Obviamente, no podemos hacer caso a estas teorías de sofá. Pero nos sirve para introducir el tema de los coches autónomos (sin conductor) en San Francisco. Hace algo más de una semana, se aprobó que dos compañías (Waymo, es decir Google/Alphabet y Cruise, es decir, General Motors) pudieran poner en circulación por la ciudad tantos coches autónomos como quisieran, pudiendo cobrar por los servicios de taxi.

Cabe destacar que, en contra de esta decisión, se pusieron el jefe de policía y sobre todo, la jefa de los bomberos de la ciudad. En el último año, hubo múltiples incidentes entre coches de bomberos y robotaxis, en momentos de emergencia. Resumiendo, en situaciones de "Prime Time" (como las definió la jefa de bomberos), en las que se genera un cierto caos y estrés, los robotaxis se bloquean y se convierten en obstáculos. En condiciones normales, tienen menos problemas que los coches conducidos por humanos. Pero los robotaxis no parecen estar preparados para situaciones inesperadas.

A pesar de esta oposición, como os hemos dicho, se ha aprobado que los robotaxis empezaran a circular sin restricción alguna. En menos de una semana, los pronósticos de la jefa de bomberos se han confirmado. Ya ha habido una colisión de un camión de bomberos, con un robotaxi que no reaccionó a tiempo a las sirenas. En las calles en torno a un concierto de música, se amontonaron varios robotaxis, creando un atasco gigante que impedía el tráfico normal. Parece ser que los robotaxis detectaron muchos teléfonos móviles en un lugar en concreto, y hacia allí se fueron para satisfacer a la posible demanda: fue un desastre total. Cruise ya ha recibido la orden de reducir su flota de robotaxis a la mitad.

Tranvía turistico de tecnología tradicional.

Es evidente que los robotaxis han venido para quedarse. Además, todo el mundo quiere probarlos. Ya hay casos de sexo dentro del robotaxis. Y se predice que se convertirán en una nueva atracción turística para San Francisco. Todo el mundo que visite la ciudad querrá subir en no de esos coches del futuro.

Lo que no está tan claro es que la jefa de los bomberos de San Francisco no acabe teniendo razón: de momento, no están preparados para situaciones de emergencia o poco frecuentes, pudiendo generarse problemas muy graves. El bloqueo de un coche de bomberos o de una ambulancia puede convertirse en la muerte innecesaria de alguna persona.

Las compañías se defienden resaltando la seguridad de los vehículos. El tema está en que han invertido una cantidad muy importante de millones de dólares, y están impacientes por empezar a recuperarlos. Perfeccionar el software y los algoritmos para saber actuar en casos de emergencia, que por definición son poco frecuentes, puede implicar meses o años de pruebas, y la consiguiente necesidad de invertir muchos más millones de dólares. Al mismo tiempo, si los problemas no se solucionan pronto, otras ciudades que están siguiendo el tema detenidamente, como Los Ángeles, Austin o Phoenix, se lo pensarán antes de permitir que los robotaxis circulen por sus ciudades.

Como en tantas otras innovaciones tecnológicas, cuando se llega a estas situaciones, el dinero entra en juego.