He leído varios artículos (este es lo más detallado que he encontrado), que destacan un hecho curioso: una gran parte de los principales colaboradores de Trump durante su primer mandato, reniegan abiertamente de él. Destacan, entre otros, el exvicepresidente Mike Pence, o el antiguo Consejero de Seguridad Nacional, John Bolton. La mayoría ya han dicho que no votarán por él, aunque tampoco lo hagan por Biden. Algunos han apoyado a Nikki Haley (ella también miembro del equipo de Trump, representante de Estados Unidos en la ONU) durante las primarias republicanas, o hablan de apoyar a candidatos republicanos en el Senado.

En entrevistas a medios escritos o televisivos, la mayor parte de ellos han contado conversaciones, anécdotas, hechos… sobre Trump, que le dejan a la altura del betún. Aun así, como algunos de ellos dicen, no sólo no ha afectado a Trump, sino que parece que le ayuda a fortalecer el apoyo de sus bases. No pueden entenderlo.

Hace muchos años que, para organizar los viajes por el Oeste Americano, visito Dakota del Sur, Wyoming, Montana y otros estados de la zona. Conozco a mucha gente. Hablo con los dueños de pequeños hoteles o empresas de actividades en varios lugares. Algo que hace tiempo sobre lo que insisto, es que los seguidores de Trump, técnicamente, no son trumpistas, por una razón muy sencilla: ya existían antes de que Trump entrara en política. Han sido siempre una mayoría de la población de esos estados. Sus planteamientos políticos no han variado. Siempre han estado contra Washington y las élites (antes de que Reagan lo utilizara), siempre han sido partidarios de un gobierno débil y lejano… y han votado mayoritariamente republicano.

Las circunstancias han cambiado para ellos. Su mundo tranquilo y alejado de todo, se está haciendo pequeño, la globalización también les alcanza. Ante estos hechos, el único que les ha ofrecido un discurso que entienden y creen que les va a favor, es Trump. Lo votan a él, no a los Republicanos. No se creen a las élites, ni tan siquiera les escuchan.

Trump es millonario, pero es como ellos, porque no le perciben como “élite”. Come como ellos. Habla como ellos. Explica las mismas bromas chapuceras, como ellos. Quienes le dejan, son percibidos como traidores, y ningún argumento que ellos aporten, los hará cambiar de opinión.

No estoy haciendo ningún pronóstico sobre cuál será el resultado de las elecciones. Tampoco sé si son mayoría, y en cuántos estados. Sólo sé que los trumpistas ya estaban antes de Trump, y que seguirán estando allí durante mucho tiempo. Son una parte muy importante de Estados Unidos, y que será necesario mucho más que buenos argumentos para rehacer una confianza en las instituciones y en los políticos, que permita mantener la cohesión del país.