Juneau, crucero

Juneau, los límites de turismo

Juneau, crucero

Juneau, la capital de Alaska, tiene unos 32.000 habitantes. El pasado verano, recibió la visita 1.600.000 turistas, uno de los días, con 21.000 cruceristas paseando por la ciudad. Es el principal puerto de cruceros del sudeste de Alaska. Las rutas desde Vancouver y Seattle paran siempre en esa pequeña ciudad, que en una de mis visitas, me describieron como una isla rodeada de tierra. En Juneau, sólo se puede llegar por mar o aire, está rodeada de un gigantesco campo de hielo, del que cuelga una de sus principales atracciones, el glaciar Mendelhall.

Esencialmente, la economía de Juneau depende en pequeña medida de los sueldos de los funcionarios del gobierno de Alaska, y en gran medida, de los turistas que llegan en los cruceros entre los meses de abril y octubre. El resto del año, paz, tranquilidad, y mucha lluvia. Bueno, llover, llueve todo el año… yo he estado unas cuantas veces en verano, y todavía no he conseguido ver el Sol sobre la capital de Alaska.

Todas las noticias que nos llegan desde Juneau coinciden en que la ciudad ha llegado al máximo de su capacidad. No sólo es que la ciudad queda inundada de turistas. Las empresas que ofrecen excursiones de todo tipo, no dan abasto. El pasado verano, a media temporada, ya se habían vendido todas las plazas en el autobús que realiza la visita del glaciar Mendelhall. Los turistas que llegaban y ya no cabían en los autobuses, empezaron a utilizar el transporte público y taxis, que quedaron desbordados.

Por otra parte, el glaciar tiene marcado un límite de visitantespor año. Además, la ciudad se llenó de gente yendo de un lado para otro, sin saber qué hacer, generando una sensación de colapso en los habitantes de Juneau.

Para acabar de redondearlo, el cambio climático está haciendo que el glaciar Mendelhall esté en un retroceso acelerado. Tanto, que en un día de lluvias, el pasado 7 de agosto (en plena temporada alta) hubo una especie de desprendimiento de hielo y agua del glaciar, que se llevó casas río abajo (vídeo). Afortunadamente, se pudo evacuar la zona antes y se evitó una catástrofe humana. Pero fue una advertencia muy seria, además de ver que, la principal atracción de Juneau, empezaba atener fecha de caducidad.

El ayuntamiento, los empresarios, y asociaciones de ciudadanos se han puesto en marcha y han hecho los primeros análisis de los problemas y posibles soluciones. De momento, han decidido que este mismo verano (2024), no podría haber más de 5 cruceros al día en el puerto de Juneau. Además, después de reunirse con las compañías de cruceros, han pactado que a partir de 2026, se limitará el número de cruceristas que podrán desembarcar por día.

El objetivo es claro: hacer que la ciudad continúe pareciendo atractiva a los visitantes, y sea agradable para vivir para sus ciudadanos. En una economía que genera prosperidad con el turismo, nadie tiene ninguna intención de cargárselo. Sin embargo, todo el mundo parece de acuerdo en que es necesario establecer unos límites, que ya veremos si son los correctos. Aquí nadie habla de sostenibilidad, ni otras palabras vacías tan comunes entre nuestro sector turístico. Quieren mantener el negocio, y se han dado cuenta de que deben gestionar el éxito de otra manera. Posiblemente, esto sea más fácil de llevar a cabo que en otros lugares, por el carácter “insular” de Juneau, y por sus dimensiones. Pero recomiendo seguir las noticias que nos llegarán desde la capital de Alaska.

PD: ¿Os habéis fijado que casi todas las fotos de Juneau, que se publican en los periódicos (abrir los enlaces) son en días con un Sol espléndido?

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