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La Covid19 hace enfermar a la economía de Alaska

Bien, en estos momentos, se puede decir de muchos lugares del mundo que la Covid19 es una preocupación importante para cualquier economía. Pero digamos que Alaska tiene una economía en la que unos pocos sectores tienen gran importancia, y resulta que esta enfermedad parece que los va afectando uno tras otro. Vamos por partes.
La economía de Alaska tiene, como sectores principales, la extracción petróleo y derivados, el turismo y la pesca.
El petróleo se extrae sobre todo en la zona norte, en el ártico. Se dirige principalmente al mercado norteamericano. Se transporta hacia el sur de Alaska por la Alaska Pipeline, y desde Valdez, los petroleros lo bajan hacia la costa oeste de los Estados Unidos. Seguro que habéis oido hablar del desastre del Exxon Valdez, ahora ya hace más de 30 años, y que formaba parte de esta red que conecta el norte de Alaska con sus mercados más en el sur. También es muy posible que hayáis oido hablar de la bajada del precio del petróleo, a causa de la caída de la demanda. Me diréis que esto puede ser una crisis pasajera, pero es que los impuestos por la entrada del dinero del petróleo, estaba manteniendo un puñado de servicios del estado (para empezar, los ferrys de la Alaska Marino Highway, que conectan las pequeñas comunidades pesqueras sobre todo en el sudeste y las Aleutianas). Por otro lado, las compañías petroleras están despidiendo a mucha gente, trabajadores con salarios altos, pero que tienen un rol fundamental en el escaso poblamiento del norte de Alaska. En otras palabras, la carencia de ingresos por el petróleo afecta a la poca población dispersa por varias zonas de Alaska. Pocas cosas quitan el sueño tanto como tener un territorio despoblado y empobrecido. Es un daño temporal pero con efectos estructurales de largo alcance en la economía y la demografía de Alaska.

Oleoducto de Alaska, en la Richardson Highway

Oleoducto de Alaska / Alyeska Pipeline, en la Richardson Highway, al sur de Delta Junction.

El turismo tiene como núcleo principal el sector de los cruceros. Las rutas que unen Seattle o Vancouver con el sudeste de Alaska, a través de la Inside Passage, se habían convertido en uno de los itinerarios de más éxito de la industria de los cruceros. No paraban de crecer las cifras de visitantes y cruceros, e incluso en Alaska empezaban quitarse el sueño de los efectos de la masificación turística. Como bien debéis de saber, los cruceros son un sector de la industria turística que más ha sufrido la llegada del coronavirus. Han sido numerosos los cruceros que han tenido que ir de puerto en puerto, pidiendo permisos para desembarcar, con bastantes de sus pasajeros y tripulación enfermos. Será difícil para las compañías adaptar los cruceros a las distancias sociales requeridas en la nueva normalidad. Y todavía más: muchos de los clientes de los cruceros, sobre todo los norteamericanos, son jubilados, la franja de edad más afectada por esta dolencia. En resumen, la industria turística de Alaska tardará mucho de tiempo en recuperarse. Y esto afecta a muchas pequeñas empresas familiares, que ofrecían servicios de actividades a los turistas.
La pesca se ve afectada, pero en menor medida. Alaska tiene algunos de los puertos pesqueros más importantes de los Estados Unidos, empezando por Dutch Harbor, a las Aleutianas. Algunas de las especies más destacadas, y con más valor añadido, son el salmón y el cangrejo gigante. Ambos piden periodos de pesca largos. Hace falta por lo tanto comprobar que las tripulaciones no tienen la covid19, antes de salir de puerto. Además, la demanda ha bajado sustancialmente, en no ser productos de consumo prioritario, por su coste. El salmón de Alaska, criado en sistemas de la llamada ganadería extensiva, tiene un precio venta público más alto que el de las piscifactorías (también es mucho más bueno).

Crucero a la salida de Skagway, Alaska

Tanto el turismo como la pesca son sectores intensivos en mano de obra. El turismo tiene una temporada muy corta (a lo sumo, tres meses), y para mucha gente, es la única fuente de ingresos todo el año. El resto del año viven en una economía de subsistencia, donde los derechos de pesca y caza son fundamentales. El trabajo en el turismo les da acceso al dinero, para poder comprar bienes de consumo.
Trabajar en los barcos de pesca que van hacia las Aleutianas y el mar de Bearing, sobre todo en otoño, tiene un efecto similar para muchas personas. Son los trabajos que los hacen falta para acceder al dinero que no les da la economía de subsistencia.
Todo ello, la conjunción de los tres sectores, augura unos años de crisis por Alaska. Comparativamente, los únicos que no notarán tanto la crisis, porque ya viven en una de permanente desde hace un siglo o más, son los indios e inuit de las comunidades perdidas en los diferentes rincones de Alaska. Además, no tienen donde ir ni quieren irse a ninguna parte…

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